



Vamos a tratar de poner algo de orden en todo este caos que llevamos arrastrando desde hace siglos en materia de sexualidad. Para que nos dejen de condicionar ideas erróneas y aprender a vivirnos satisfactoriamente y con conocimiento de causa. Aquí van algunos de los (tantos) mitos que deben ser desbancados definitivamente. Porque estamos en la era de la información, pero… ¿qué información?
“Los encuentros eróticos son sólo para las personas menores de 50 años”
Se cree que la erótica es sólo para las personas jóvenes, sin embargo los datos apuntan a que la capacidad de respuesta sexual, el proceso fisiológico que tiene lugar durante la excitación, aumenta con la edad y llega a su máximo esplendor a los treinta años aproximadamente. Este esplendor continúa a lo largo de toda vida con una ligera variación en cuanto a ganas y actividad se refiere. Cada una puede ser su propia guía y aprender a saber qué es lo que quiere, cuánto, cuándo y de qué modo.
“Las mujeres normales llegan al orgasmo cada vez que tienen una relación sexual”
En primer lugar, cada una vive su “ser mujer” de una forma única y peculiar y ello es lo que le da valor al hecho de ser sexuadas. No existe la normalidad en este terreno, lo que sí existe es la diversidad y la valoración de la propia vivencia. En segundo lugar, no todas las mujeres tienen orgasmos cada vez que hacen el amor o se masturban y esto tiene mucho que ver con una serie de factores, el más importante de ellos es que los encuentros eróticos podrían ser más placenteros sin la exigencia de orgasmo como telón de fono o meta que perseguir.
“El embarazo y el parto reducen la capacidad de respuesta sexual de la mujer”
Esto es muy cuestionable, ya que después del embarazo muchas mujeres sienten un incremento en su capacidad de respuesta sexual, debido en parte a los cambios fisiológicos que se producen en la zona pélvica. Entre otros factores, un aumento de la irrigación sanguínea en esta área, conlleva mayor sensibilidad y mejor respuesta orgásmica.
“La menopausia marca el final de la vida sexual de las mujeres”
Nada más lejos de la verdad, aunque es cierto que la disminución de hormonas altera en cierta medida la respuesta excitatoria, también es cierto que muchos de los efectos secundarios de esta variación son compensados con tratamientos hormonales y ejercitación de la zona pélvica y que muchas mujeres aumentan su capacidad de respuesta sexual debido a diversos factores como la pérdida del temor al embarazo, poder despedirse de los métodos anticonceptivos y decir adiós a los problemas derivados de la vivencia negativa (cuando es negativa) de la menstruación.
“Si una mujer no puede tener un orgasmo rápida y fácilmente, es que hay algo que no funciona”
Sin embargo, es bien sabido que el umbral del orgasmo varía de una mujer a otra, es decir, todas necesitan una correcta estimulación física para que en ellas se desencadene el orgasmo -y el correcto modo también es único-, pero cada una la requiere de diferente forma: durante más o menos tiempo, más intensa o menos, más rápido o despacio, etc. Existen frases injustas como “le cuesta llegar” que no tienen en cuenta esta peculiaridad, los ritmos de cada una, las propias necesidades, que han de comenzar a ser escuchados. Además de que detrás de ese “le cuesta llegar” lo que se esconce muchas veces es una incomprensión y/o desconocimiento de lo que necesita esa persona en concreto para que se desencadene en ella un orgasmo.
“Si a una mujer no le gusta experimentar o probar cosas novedosas es que es frígida, mojigata o sosa”
Para nada tiene que ver la vivencia de la sexualidad con probar cosas nuevas o hacer experimentos. Hay mujeres que se sienten muy cómodas con las prácticas que conocen y se sienten totalmente satisfechas con ellas. También saben que otro tipo de prácticas no les interesan en ese momento de sus vidas y esto no le resta valor a su vivencia, todo lo contrario, saber qué es lo que te gusta y qué es lo que no te interesa, te empodera y contribuye a una experiencia positiva de tu sexualidad.